viernes, 7 de mayo de 2010

Liars:Drum's Not Dead


Liars
Drum's Not Dead
2006

Para muchos, los tambores no están muertos; por el contrario, están llenos de vida. Los tambores de los Kaluli de Nueva Guinea, nos dice el etnomusicólogo y lingüista norteamericano Steven Feld, se encuentran en íntima conexión con las aves y con los espíritus de los niños muertos, por lo que escucharlos resulta una experiencia por demás significativa para los Kaluli.
El percusionista y teórico musical inglés Chris Cutler también encontró otra forma de “dar vida” a los tambores. Cutler electrificó su batería añadiendo una serie de pedales delay, reverb, de distorsión, entre otros, para crear nuevos tipos de sonidos con las percusiones.
En su tercer álbum, la banda de Brooklyn Liars retoma las enseñanzas de Cutler, y tanto el baterista Julian Gross como el percusionista, guitarrista y tecladista Aaron Hemphill colocan micrófonos en su batería y percusiones para lograr efectos de reverb, delay, entre otros. Drum´s Not Dead es entonces un álbum en el que, como el título lo sugiere, lo que predomina son las percusiones, de carácter fuertemente tribal, pero que con los efectos de los pedales generan atmósferas etéreas oscuras con densas texturas sonoras. A este sonido también contribuyen las guitarras drone, que hacen de Drum’s Not Dead, en cuanto a su textura, un álbum comparable a The Ascension de Glenn Branca o a Loveless de My Bloody Valentine.
Drum’s Not Dead tiene como tema central el conflicto entre dos personajes, Drum y Mount Heart Attack, conflicto que representa el choque de fuerzas entre, por un lado, lo creativo, instintivo y asertivo y, por otro, la complacencia, el pesimismo y la aprehensión. O bien, entre la confianza y la cobardía. Una tensión que se encuentra presente en todo proceso creativo y en todo el álbum. Interesante, pero en realidad la historia importa muy poco, lo central es, por mucho, el sonido.
El vocalista Angus Andrew canta con un estilo comparable a Thom Yorke en sus momentos más lúgubres, y emplea más que nunca falsetos sumamente fantasmagóricos. El álbum abre con la sombría “Be Quiet Mt. Heart Attack” con sus resonantes tambores militares. “Let’s Not Wrestle Mt. Heart Attack”, con sus percusiones ceremoniales, es oscura, tensa, a punto de estallar en cualquier momento, pero nunca lo hace, ahí su encanto. En “It Fit When I Was a Kid” las líneas de bajo y las percusiones, así como la sorpresiva entrada del órgano de iglesia, generan un ambiente siniestro. Los temas se van conectando fácilmente los unos con los otros a través de las atmósferas continuas, lo que genera la sensación de que lo que importa no son tanto las canciones individuales, sino la colección de sonidos, abstractos y ruidosos.
Pero también encontramos, en contraste con las atmósferas oscuras, bellas piezas ambientales, muy a la Brian Eno, como “Drum Gets a Glimpse”. El final resulta de hecho sumamente inesperado con la balada “The Other Side of Mt. Heart Attack". Es una excelente pieza que desentona con el resto del álbum y que, como su título lo indica, muestra el otro lado de Mt. Heart Attack: detrás del pesimismo y la aprehensión, nos muestra entrega, lealtad, amor: “No voy a correr lejos/siempre puedo ser encontrado/si me necesitas/siempre puedo ser encontrado/si quieres que me quede/permaneceré a tu lado/no correré lejos/siempre puedo ser encontrado/permaneceré a tu lado/y quiero que me encuentres/así que permaneceré a tu lado”. Es también sin duda el otro lado de Drum’s Not Dead y de Liars mismos.

Conclusión: Liars nos demuestran que los tambores están llenos de vida, pero una vida hondamente fúnebre.

Pueden descargar el álbum aquí: http://www.filestube.com/79d2ea9abf864ff303e9,g/Liars-Drum-s-Not-Dead-%5B2006%5D.html

1 comentario:

  1. Me hizo pensar en Fernando Ortiz, con todo ello de los tambores. Sin el Caribe de por medio, claro.

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