jueves, 8 de abril de 2010

The Velvet Underground: White Light White Heat


The Velvet Underground

White Light/White Heat

1968

En 1968 los Beatles llevaron a cabo su surrealista revolución número 9, los Stones confesaron su simpatía por el diablo, Hendrix grabó su último álbum de estudio incluyendo uno de los mejores solos en la historia del rock con su sublime cover de Dylan “All Along the Watchtower”, Syd Barret se despidió de Pink Floyd, y The Velvet Underground lanzó su obra maestra “anti-bella”, según la elocuente expresión de John Cale, bajista y uno de los miembros fundadores de la banda.

“Anti-belleza”. Ciertamente la ópera prima de los Velvet, The Velvet Underground and Nico (1967) no era toda belleza, pero piezas como “Sunday Morning”, “Femme Fatale” y “All Tomorrow’s Parties”, con la cautivadora voz de Nico, le imprimían un sello de dulzura al álbum. A pesar de que el disco es considerado hoy uno de los álbums más aclamados e influyentes en el rock, en su momento no fue un éxito comercial, lo que complicó la relación de los Velvets con su productor, el célebre artista pop Andy Warhol. El resultado: la salida de Nico y un giro en el estilo de la banda: adiós belleza, bienvenidos el ruido, la distorsión, el feedback, la crudeza, y uno de los trabajos avant-garde más memorables en la historia del rock. No es un álbum fácil. Como dijera Julian Casablancas, vocalista de los Strokes, tienes que estar en el humor para escucharlo, un humor de mierda.

El comienzo es abrupto con “White Light/White Heat”, pieza que da título al álbum, la más rocanrolera, casi punk. Su estructura de llamada y respuesta, con Lou Reed en la voz principal y John Cale y Sterling Morrison en los coros, ha tenido una notable influencia en muchas bandas punk y rock, como recientemente nos lo recuerda James Murphy (LCD Soundsystem) en su sencillo “Drunk Grils” (2010). La distorsión comienza a crecer en “The Gift”, en donde Cale recita una breve historia escrita por Reed sobre la paranoia desatada tras el distanciamiento de una pareja. “Here She Comes Now” desentona un tanto con el resto del álbum: sus notas son los rastros de belleza del álbum anterior, destinados a ser cantados por Nico. Pero los Velvets vuelven a la carga con la explosiva “I Heard Her Call My Name”, con una excelente interpretación desenfrenada de Reed a duelo con unas estruendosas guitarras eléctricas.

Desde luego, lo más genial del álbum es la pieza que cierra, “Sister Ray”, 17 minutos de improvisación de rock n’ roll distorsionado y ruidoso, grabada en una sola toma, sin importar los errores. Más bien, no podía haber error. Sólo así los Velvets podían lograr una épica de la decadencia.


Pueden descargarlo aquí.


2 comentarios:

  1. Excelente reseña Rodrigo. Definitivamente tendré que conseguirme ese disco, actualmente sólo tengo el primero, sí, ése del celebre plátano en la portada y sí cuando canta Nico se vuelve muy meloso e inmediatamente le cambio a Venus in Furs para escuchar ese violín estridente y característico.
    Un abrazo y felicidades por tu blog,

    Perla Vázquez

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  2. Qué bien releer esta reseña, después de cinco años le sigue haciendo justicia a este excelente disco. Ahora me da ganas de escucharlo. Ojalá retomes tu blog, hay varios discos muy buenos para reseñar este año, así como aniversarios significativos. :)

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