Bob Dylan
Time Out of Mind
1997
Para muchos, la carrera de Bob Dylan ya había terminado. Después de sus gloriosos años en la década de los sesenta y un renovado auge a mediados de los setenta con Blood on the Tracks (1975) y Desire (1976), la década de los ochenta y buena parte de la de los noventa pasaron sin pena ni gloria. Algunos temas memorables como "Jokerman", "Dark Eyes", pero nada comparable a los trabajos de sus primeras dos décadas (si acaso el álbum Oh Mercy, de 1989, pero no, nada comparable). Hasta que en 1997 lanzó Time Out of Mind.
Si Blood on the Tracks es el álbum más personal y doloroso de Dylan, Time Out of Mind es el más óscuro y atmosférico, tanto lírica como musicalmente, con un sonido que logró gracias al trabajo de producción de Daniel Lanois (recomendación de Bono), aunque el propio Dylan no haya quedado satisfecho con el resultado final, por lo que en sus álbums posteriores decidió ser él mismo el productor, bajo el pseudónimo de Jack Frost. Time Out of Mind es un blues desolador, el de un hombre ya mayor que, como recita en la magistral apertura "Lovesick", camina por calles muertas, con los pies agotados, las nubes llorando, escuchando mentiras y llantos distantes, hablando como un niño que es destruido con una sonrisa mientras duerme. Es un hombre enfermo de amor. Es Dylan a finales del siglo XX. Y piezas blues como "Cold Irons Bound" y la mencionada "Lovesick" no tienen nada que pedirle a "Tombstone Blues" o "Pledgin' My Time".
Time Out of Mind es también el álbum que contiene algunas de las baladas más bellas escritas por Mr. Zimmerman... y también las más desoladoras. En "Standing in the Doorway" se lamenta que el fantasma de su viejo amor aún no se haya marchado y que tampoco parece que lo hará pronto. Él se queda en la puerta, sufriendo como un tonto, debajo de la luna de media noche, en la tierra óscura del sol. Y en "Make You Feel My Love" Dylan se abre y ofrece todo, cálidos abrazos por millones de años, pasar hambres, tristezas, arrastrarse por las avenidas, ir hasta el fin de la Tierra. No siempre ofrece tanto de sí.
En 1997 Dylan estuvo al borde de la muerte por pericarditis. Algunos consideran que Time Out of Mind se escribió entonces con una angustiante actitud hacia la muerte. Lo cierto es que Dylan se enfermó después de terminar el álbum. Podemos pensar por ello que el fatalismo del álbum no es sólo sobre la muerte, aunque cante en la cautivadora "Tryin' to Get to Heaven" que "cuando piensas que has perdido todo, descubres que siempre puedes perder un poco más". El fatalismo puede ser por el mundo mismo, y el clímax es "Not Dark Yet", una de las mejores canciones de Dylan, de los noventa y de cualquier época. Es una oda al ocaso, con influencias de la melancolía de John Keats. "Bueno, mi sentido de la humanidad se ha ido por el desagüe/detrás de cada cosa hermosa ha habido algún tipo de dolor" [...] "He estado en el fondo de un mundo lleno de mentiras/no estoy buscando nada en los ojos de nadie/a veces mi carga me parece más de lo que puedo soportar/no está oscuro aún, pero se está haciendo". Y finaliza con la hermosa estrofa "Nací aquí y moriré aquí contra mi voluntad/sé que parece que me estoy moviendo, pero sigo aquí/cada nervio en mi cuerpo está tan vacío y entumecido/ni siquiera puedo recordar por qué vine y para escapar de qué/ni siquiere se escucha el murmullo de una oración"no está oscuro aún, pero se está haciendo". Dylan no estaba muerto aún, en realidad apenas renacía, como nos lo demostró con "Love and Theft" (2002) y Modern Times (2006).
Ah, Time Out of Mind ganó el grammy de mejor álbum en 1998, pero eso es lo de menos... (lo de más fue su memorable discurso sobre el fantasma de Buddy Hollly rondando en el estudio de grabacióny su excelente presentación de "Lovesick").
Pueden descargarlo aquí:
http://thepiratebay.org/torrent/3580727/Bob_Dylan-1997_-_Time_out_of_Mind-JESS-__Rock_-
Time Out of Mind
1997
Para muchos, la carrera de Bob Dylan ya había terminado. Después de sus gloriosos años en la década de los sesenta y un renovado auge a mediados de los setenta con Blood on the Tracks (1975) y Desire (1976), la década de los ochenta y buena parte de la de los noventa pasaron sin pena ni gloria. Algunos temas memorables como "Jokerman", "Dark Eyes", pero nada comparable a los trabajos de sus primeras dos décadas (si acaso el álbum Oh Mercy, de 1989, pero no, nada comparable). Hasta que en 1997 lanzó Time Out of Mind.
Si Blood on the Tracks es el álbum más personal y doloroso de Dylan, Time Out of Mind es el más óscuro y atmosférico, tanto lírica como musicalmente, con un sonido que logró gracias al trabajo de producción de Daniel Lanois (recomendación de Bono), aunque el propio Dylan no haya quedado satisfecho con el resultado final, por lo que en sus álbums posteriores decidió ser él mismo el productor, bajo el pseudónimo de Jack Frost. Time Out of Mind es un blues desolador, el de un hombre ya mayor que, como recita en la magistral apertura "Lovesick", camina por calles muertas, con los pies agotados, las nubes llorando, escuchando mentiras y llantos distantes, hablando como un niño que es destruido con una sonrisa mientras duerme. Es un hombre enfermo de amor. Es Dylan a finales del siglo XX. Y piezas blues como "Cold Irons Bound" y la mencionada "Lovesick" no tienen nada que pedirle a "Tombstone Blues" o "Pledgin' My Time".
Time Out of Mind es también el álbum que contiene algunas de las baladas más bellas escritas por Mr. Zimmerman... y también las más desoladoras. En "Standing in the Doorway" se lamenta que el fantasma de su viejo amor aún no se haya marchado y que tampoco parece que lo hará pronto. Él se queda en la puerta, sufriendo como un tonto, debajo de la luna de media noche, en la tierra óscura del sol. Y en "Make You Feel My Love" Dylan se abre y ofrece todo, cálidos abrazos por millones de años, pasar hambres, tristezas, arrastrarse por las avenidas, ir hasta el fin de la Tierra. No siempre ofrece tanto de sí.
En 1997 Dylan estuvo al borde de la muerte por pericarditis. Algunos consideran que Time Out of Mind se escribió entonces con una angustiante actitud hacia la muerte. Lo cierto es que Dylan se enfermó después de terminar el álbum. Podemos pensar por ello que el fatalismo del álbum no es sólo sobre la muerte, aunque cante en la cautivadora "Tryin' to Get to Heaven" que "cuando piensas que has perdido todo, descubres que siempre puedes perder un poco más". El fatalismo puede ser por el mundo mismo, y el clímax es "Not Dark Yet", una de las mejores canciones de Dylan, de los noventa y de cualquier época. Es una oda al ocaso, con influencias de la melancolía de John Keats. "Bueno, mi sentido de la humanidad se ha ido por el desagüe/detrás de cada cosa hermosa ha habido algún tipo de dolor" [...] "He estado en el fondo de un mundo lleno de mentiras/no estoy buscando nada en los ojos de nadie/a veces mi carga me parece más de lo que puedo soportar/no está oscuro aún, pero se está haciendo". Y finaliza con la hermosa estrofa "Nací aquí y moriré aquí contra mi voluntad/sé que parece que me estoy moviendo, pero sigo aquí/cada nervio en mi cuerpo está tan vacío y entumecido/ni siquiera puedo recordar por qué vine y para escapar de qué/ni siquiere se escucha el murmullo de una oración"no está oscuro aún, pero se está haciendo". Dylan no estaba muerto aún, en realidad apenas renacía, como nos lo demostró con "Love and Theft" (2002) y Modern Times (2006).
Ah, Time Out of Mind ganó el grammy de mejor álbum en 1998, pero eso es lo de menos... (lo de más fue su memorable discurso sobre el fantasma de Buddy Hollly rondando en el estudio de grabación
Pueden descargarlo aquí:
http://thepiratebay.org/torrent/3580727/Bob_Dylan-1997_-_Time_out_of_Mind-JESS-__Rock_-
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