Yeah Yeah Yeahs
Mosquito
2013
Hoy salió el cuarto álbum de los Yeah Yeah Yeahs, titulado,
hum, Mosquito. Lamentablemente, lo
primero que salta a la vista es la horrenda portada del álbum. Y digo
lamentable porque el álbum no es, hay que decirlo, horrendo. Los Yeahs han
tenido una sólida trayectoria. Su álbum debut, el punk crudo Fever to Tell, es en verdad excelente, y
fue de los mejores álbumes de lo que a inicios de la década pasada se llamaba
con frecuencia el “regreso del rock” (al menos del rock clásico), aquella era a
la que pertenecen los también ya clásicos White
Blood Cells y Elephant de The
White Stripes e Is This It? de The
Strokes. El segundo álbum de los Yeahs, Show
Your Bones, dejó un tanto atrás el punk de su antecesor y probó más con el
rock clásico de estadio (con nuevos himnos de concierto como “Cheated Hearts”)
y, en su magnífica tercera placa, It’s
Blitz!, probaron más con el rock pop de sintetizadores y el disco de los
ochenta y con baladas verdaderamente conmovedoras. A pesar de sus constantes
cambios de estilo, la banda nunca perdió su actitud
(subrayo actitud, especialmente de la carismática vocalista Karen O) y su
excelente mezcla de rock explosivo y un lado tierno, cuya mejor muestra es, sin
duda, “Maps”.
Cuando
escuché la primera muestra en estudio de Mosquito,
la excelente “Sacrilege”, pensé que, de nuevo, los Yeahs se movían en nuevos
territorios y que tendríamos un genial cuarto álbum. Ni punk, ni rock de
estadio ni rock pop de sintetizadores; “Sacrilege” se mueve en el gospel. Lo
primero que escuchamos es a Karen O cantando con su voz suave “Fallen for a
guy, fell down from the sky”, para irrumpir con sus característicos gritos, “In
our bed, in our bed!”. Luego entran los magníficos licks de guitarra de Nick
Sinner acompañando al coro de la canción para llegar al clímax con los coros
gospel. No es un canto de salvación, sino una oda al pecado original.
“Sacrilege” es la “Gimme Shelter” de los Yeahs (claro, no puede haber otra
“Gimme Shelter”, pero esto es algo muy cercano).
Sacrilege
A “Sacrilege” le sigue “Subway”, donde los Yeahs también dan
un decidido paso hacia delante. La canción es una muy buena continuación de
“Sacrilege”: Karen O conduce el tema con unos delicados falsetes, acompañados
de las líneas de guitarra de Sinner, al ritmo del galope del metro. Es una de
las mejores atmósferas que la banda ha logrado, que transmite la oscuridad y
soledad entre las masas que uno puede llegar a sentir en un metro. Pero luego
todo cambia. El tema “Mosquito” emula el punk desenfrenado de Fever to Tell, pero no logra ni de cerca
la genialidad de temas como “Pin” y “Tick”; por el contrario, después de las
excelentes “Sacrilege” y “Subway” suena anacrónica, forzada, un paso atrás. Lo
mismo, o cosas peores, puede decirse de “Area 52”. La banda había anunciado un
regreso a sus orígenes, pero no todo back
to basics resulta afortunado. Otra decepción (aunque menor) es “Buried
Alive”: producida por James Murphy (de la lamentablemente extinta LCD
Soundsystem), uno se esperaba que explorara un mejor disco-punk, muy digno de
LCD y de los propios Yeahs.
Subway
Pero si bien la parte media de Mosquito es irregular (una excepción es “Under the Earth”), hacia
el final, los Yeahs parecen tomar la dirección de It’s Blitz! y cierran con tres baladas que hacen que el álbum valga
la pena (tal vez exagero, es un buen álbum, pero después de su excelente
antecesor, uno se esperaba mucho más). El cambio de ambiente comienza con
“Always”, pero alcanza sus mejores momentos con “Despair” y “Wedding Song”.
“Despair” es una balada rock que bien podría estar en Show Your Bones; “Wedding Song”, por su parte, es lo más cercano de
Mosquito a la conmoción “Maps”: es
una tierna balada de piano en donde Karen O le canta a su esposo “You’re the
breath that I breathe, the breath that I breathe”. No llega a estallar como
“Maps”, pero O y compañía realmente llegan a conmover.
Wedding Song