lunes, 25 de abril de 2011

Listomanía: mis álbumes favoritos de los ochenta, parte 3


Definitivamente, de las últimas cinco décadas de música, la de los ochenta es la que menos prefiero. Con todo, hay muchos álbumes de esta década que son en verdad geniales. Aquí dejo mis cinco favoritos.

5. Pixies: Doolittle
Es un álbum explosivo. Tanto en sus momentos más furiosos (como "Tame" y "Crackity Jones") como en los más relajados y melódicos ("Here comes your man", "Monkey gone to heaven"). Abajo la genial y surrealista "Debaser".


4. Galaxie 500: On Fire
Es uno de mis álbumes de guitarra favoritos. No por virtuosismo. Es acaso uno de los mejores álbumes de guitarras dream pop. Logran un ambiente etéreo que puede llegar a ser estridente sin romper con la atmósfera generada. Y las melodías vocales pueden ser sumamente tiernas ("Blue thunder", "Tell me"). Si bien no suelo disfrutar mucho los cóvers, el que ellos hacen de "Isn't a pity" de George Harrison es una verdadera joya.

Galaxie 500 - Snowstorm by user5684243



3. Sonic Youth: Daydream Nation
En este punto ya resulta difícil seleccionar un álbum favorito de la década. Pudo ser éste. Es un álbum frenético, tanto en sus potentes guitarras como en las magníficas y furiosas líneas de Kim Gordon como cuando canta en "Cross the breeze": "Let's go walking on the water, now you think I'm Satan's daughter, I wanna know, should I stay or go?".

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2. Talking Heads: Remain in Light
Una verdadera obra de arte. Ya David Byrne había explorado junto con Brian Eno ritmos de diversas partes del mundo. En este álbum, retoman sobre todo ritmos tribales africanos, mezclados con un new wave y post-punk que tuvo excelentes resultados.




1. The Smiths:
The Queen is Dead
Este se me hace un álbum urgente. La urgencia estalla desde las guitarras y el bajo de la primera canción, "The queen is dead", con los desoladores lamentos de Morrisey "Life is very long, when you're lonely". "I know it's over" es una de las canciones más tristes que he escuchado, como cuando Morrisey canta con desilusión "I know it's over and it never really began but in my heart was so real". También hay momentos más positivos, al menos musicalmente, como la enérgica "Cemetry gates" o la clásica "The boy with the thorn in his side", donde Morrisey nos ofrece una de sus mejores interpretaciones vocales. La urgencia vuelve a explotar con la intensa "Bigmouth strikes again" y sobre todo con su pieza maestra, la balada "There is a light that never goes out".
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