viernes, 30 de abril de 2010

Disco de abril: The Tallest Man on Earth-The Wild Hunt


The Tallest Man on Earth
The Wild Hunt
2010

El músico sueco Kristian Matsson, bajo el curioso nombre de The Tallest Man on Earth, nos presenta este mes su segunda placa, The Wild Hunt. Es un álbum que sigue en gran medida la línea de su antecesor Shallow Grave (2008): el folk de los primeros años de Bob Dylan, las íntimas guitarras acústicas de Nick Drake, destellos freak a la Devendra Banhart, y una voz rasposa que por momentos coquetea con el estilo de Lou Reed en The Velvet Underground así como con lamentos blues. Esta voz es sin duda uno de los mejores elementos de The Wild Hunt, que nos transmite mucha más nostalgia, en ocasiones desgarradora, que en Shallow Grave. “Love is All” es un muy buen ejemplo de lo anterior. Al final Matsson se sale un tanto de su línea y nos regala una bella balada “Kids on the Run”, ya no con guitarra acústica, sino con piano. Esperemos que para su próximo material el hombre más alto del mundo pruebe nuevas fórmulas, rutas alternas para llegar aún más alto.

Pueden descargarlo aquí:
http://sharedpartners.com/in/203/500836

LCD Soundsystem "Drunk Girls"

Aquí va el muy divertido nuevo video de LCD Soundsystem, "Drunk Girls", de su excelente álbum This is Happening

jueves, 29 de abril de 2010

Sleigh Bells


Sleigh Bells

Juntemos hardcore con girlpop... voilà! Tenemos Sleigh Bells, un dúo de Brooklyn que hace una interesante mezcla de noise y pop. Las guitarras y la batería de Derek Miller son estridentes, pero acompañados de las lindas melodías vocales de Alexis Krauss dan cono resultado un contraste bastante bien logrado. Seductor e irresistible.
Sleigh Bells aún no lanza su primer álbum (cuyo título es Treats, y verá la luz en mayo), pero varios temas suyos ya andan circulando en la red. Son recomendables. La última canción que han lanzado es la excelente "Tell 'Em", que pueden descargar gratis desde el sitio de la banda: http://www.infinitybells.com/

Su MySpace:
http://www.myspace.com/sleighbellsmusic

miércoles, 28 de abril de 2010

Nick Drake:Pink Moon


Nick Drake
Pink Moon
1972

Las palabras clave son soledad y melancolía. Pink Moon, el tercer y último álbum grabado por el músico inglés Nick Drake, es el arquetipo del músico solitario, solo y sólo con su guitarra acústica, lamentándose, interpretando las canciones más melancólicas que pueda haber. ¿Y Robert Johnson? Bien, podría decir que, con Pink Moon, Drake es al folk lo que Johnson es al blues: intimidad, misterio y dolor.
Pink Moon tiene un aura que lo hace un álbum aún más cautivador: Drake no era la estrella rock o pop de los sesenta y setenta que todo mundo admiraba, no solía dar conciertos ni entrevistas, tampoco tuvo mucho éxito en su momento; sufría de fuerte depresiones e insomnio, y dos años después de haber lanzado este último álbum, murió de una sobredosis de antidepresivos, a la corta edad de 26 años (...Robert Johnson murió a los 27). Y en medio de esta aura nos encontramos con una alquimia de emociones y sentimientos, en la que la depresión muta en belleza.
Tenemos entonces la imagen del genio romántico atormentado por la depresión que tiene que morir en su juventud. De nuevo una imagen de soledad, en la medianoche, donde no se vislumbra el crepúsculo. Es la luna rosa la que está en camino, recita Drake, y ninguno de nosotros permaneceremos tan orgullosos, ya que ella nos llevará a todos. "Place To Be", un himno a la inocencia perdida, resulta devastadora, con frases tan bellas como "y era más verde, más verde que la montaña/donde las flores crecían y el sol aún brillaba/ahora soy más oscuro que el más profundo océano/ [...] ahora soy más débil que la más pálida tristeza/tan débil en esta necesidad de tí".
Con su voz serena y sus magistrales arpegios y rasgueos acústicos, Drake nos ofrece en Pink Moon los 28 minutos más sombríos del folk (“Things Behind The Sun”, “Parasite”). También los más íntimos, vulnerables y emocionalmente crudos.

Pueden descargarlo aquí:
http://www.filestube.com/n/nick+drake+pink+moon

jueves, 15 de abril de 2010

Neutral Milk Hotel: In the Aeroplane Over the Sea


Neutral Milk Hotel
In the Aeroplane Over the Sea
1998

Hace 65 años, el 15 de abril de 1945, fue liberado el campo de concentración Bergen-Belsen en Alemania, a más o menos tres semanas de que llegara a su fin la segunda guerra mundial. El otrora campo de concentración es hoy un museo, un monumento en contra de los crímenes nazis. El campo Bergen-Belsen también es famoso porque fue allí donde murió Anne Frank los primeros días de marzo de aquel histórico 1945. Desde luego, el Diario de la joven Frank se ha vuelto otro monumento del lamentable genocidio (importa poco si una chica de 13 años o un anciano lo escribió, lo relatado sigue siendo indignante). Lo mismo ha sucedido con In the Aeroplane Over the Sea, segundo y último álbum de la banda norteamericana Neutral Milk Hotel.
La canción más famosa de Aeroplane, “Holland, 1945”, nos remite desde su título al escenario anterior, en donde el vocalista y compositor Jeff Mangnum refiere inmediatamente a Anne Frank como “la única chica que ha amado/nació con rosas en sus ojos/pero luego ellos la enterraron viva/una tarde, 1945”. Claro, Frank fue enterrada junto con toda su familia desde 1942 en un refugio, primero, y en un campo de concentración, después. El álbum también nos transmite la desoladora sensación de horror provocada por el Diario, lo mismo que nos estremece más mientras más lo escuchamos y le prestamos atención. Ciertamente no es un diario que atestigüe los horrores del presente, sino música rock que se construye con los restos del terror y con las tragedias que siguen sucediendo, por lo que Magnum invita a “recoger los pedazos de la vida que solíamos amar”.
Aparte de las referencias históricas, Aeroplane es una obra maestra por la música en sí misma, no siempre tan reconocida como otras contemporáneas suyas (Ok Computer, The Soft Bulletin, entre otras). Las guitarras acústicas que sirven como base parecen ser bastante convencionales, como “In the Aeroplane Over the Sea”, que usa un trillado círculo de acordes. Y admito que las primeras veces que escuché Aeroplane, principalmente por las mañanas en mi oficina, no me provocó mayores emociones. Pero, no sé desde cuándo, es un álbum que poco a poco va dando cada vez más con mis puntos sensibles. Magnum canta de manera impecable, no como un vocalista perfectamente afinado y entonado, sino con tremenda emoción y una desgarradora profundidad. Las guitarras acústicas son de tal intensidad que de pronto parecen estallar, acoplándose perfectamente con las orquestaciones y arreglos de trompetas, trombones, saxofón, acordeones, banjo y más. Es un álbum que se mueve entre la psicodelia del reino de las flores de zanahoria del inicio así como la devastadora tristeza de temas como “Oh, Comely” y las dos partes de “Two-Headed Boy” (“en mis sueños estás vivo y estás llorando/mientras tu boca se mueve en la mía, suave y dulce/anillos de flores alrededor de tus ojos, y yo te amaré/por el resto de tu vida”), atravesando pasajes fúnebres como la instrumental “The Fool”. Tal como lo hizo Bob Dylan en 1965 con piezas como “It’s Alright Ma’ (I’m Only Bleedin’)” y “Desolation Row”, Neutral Milk Hotel lleva al folk a lugares insospechados, surreales y desoladores, no por ello carentes de belleza.
Y como el Diario de Anne Frank, las poéticas imágenes e innovadora música de Magnum y Neutral Milk Hotel también seguirán causando indignación en nosotros: “es muy triste ver al mundo de acuerdo en preferir ver sus caras llenas de moscas cuando yo quiero que hayan rosas blancas en sus ojos”.

Pueden descargarlo aquí.



miércoles, 14 de abril de 2010

Bob Dylan:Time Out of Mind


Bob Dylan
Time Out of Mind
1997

Para muchos, la carrera de Bob Dylan ya había terminado. Después de sus gloriosos años en la década de los sesenta y un renovado auge a mediados de los setenta con Blood on the Tracks (1975) y Desire (1976), la década de los ochenta y buena parte de la de los noventa pasaron sin pena ni gloria. Algunos temas memorables como "Jokerman", "Dark Eyes", pero nada comparable a los trabajos de sus primeras dos décadas (si acaso el álbum Oh Mercy, de 1989, pero no, nada comparable). Hasta que en 1997 lanzó Time Out of Mind.
Si Blood on the Tracks es el álbum más personal y doloroso de Dylan, Time Out of Mind es el más óscuro y atmosférico, tanto lírica como musicalmente, con un sonido que logró gracias al trabajo de producción de Daniel Lanois (recomendación de Bono), aunque el propio Dylan no haya quedado satisfecho con el resultado final, por lo que en sus álbums posteriores decidió ser él mismo el productor, bajo el pseudónimo de Jack Frost. Time Out of Mind es un blues desolador, el de un hombre ya mayor que, como recita en la magistral apertura "Lovesick", camina por calles muertas, con los pies agotados, las nubes llorando, escuchando mentiras y llantos distantes, hablando como un niño que es destruido con una sonrisa mientras duerme. Es un hombre enfermo de amor. Es Dylan a finales del siglo XX. Y piezas blues como "Cold Irons Bound" y la mencionada "Lovesick" no tienen nada que pedirle a "Tombstone Blues" o "Pledgin' My Time".
Time Out of Mind es también el álbum que contiene algunas de las baladas más bellas escritas por Mr. Zimmerman... y también las más desoladoras. En "Standing in the Doorway" se lamenta que el fantasma de su viejo amor aún no se haya marchado y que tampoco parece que lo hará pronto. Él se queda en la puerta, sufriendo como un tonto, debajo de la luna de media noche, en la tierra óscura del sol. Y en "Make You Feel My Love" Dylan se abre y ofrece todo, cálidos abrazos por millones de años, pasar hambres, tristezas, arrastrarse por las avenidas, ir hasta el fin de la Tierra. No siempre ofrece tanto de sí.
En 1997 Dylan estuvo al borde de la muerte por pericarditis. Algunos consideran que Time Out of Mind se escribió entonces con una angustiante actitud hacia la muerte. Lo cierto es que Dylan se enfermó después de terminar el álbum. Podemos pensar por ello que el fatalismo del álbum no es sólo sobre la muerte, aunque cante en la cautivadora "Tryin' to Get to Heaven" que "cuando piensas que has perdido todo, descubres que siempre puedes perder un poco más". El fatalismo puede ser por el mundo mismo, y el clímax es "Not Dark Yet", una de las mejores canciones de Dylan, de los noventa y de cualquier época. Es una oda al ocaso, con influencias de la melancolía de John Keats. "Bueno, mi sentido de la humanidad se ha ido por el desagüe/detrás de cada cosa hermosa ha habido algún tipo de dolor" [...] "He estado en el fondo de un mundo lleno de mentiras/no estoy buscando nada en los ojos de nadie/a veces mi carga me parece más de lo que puedo soportar/no está oscuro aún, pero se está haciendo". Y finaliza con la hermosa estrofa "Nací aquí y moriré aquí contra mi voluntad/sé que parece que me estoy moviendo, pero sigo aquí/cada nervio en mi cuerpo está tan vacío y entumecido/ni siquiera puedo recordar por qué vine y para escapar de qué/ni siquiere se escucha el murmullo de una oración"no está oscuro aún, pero se está haciendo". Dylan no estaba muerto aún, en realidad apenas renacía, como nos lo demostró con "Love and Theft" (2002) y Modern Times (2006).
Ah, Time Out of Mind ganó el grammy de mejor álbum en 1998, pero eso es lo de menos... (lo de más fue su memorable discurso sobre el fantasma de Buddy Hollly rondando en el estudio de grabación y su excelente presentación de "Lovesick").

Pueden descargarlo aquí:
http://thepiratebay.org/torrent/3580727/Bob_Dylan-1997_-_Time_out_of_Mind-JESS-__Rock_-

jueves, 8 de abril de 2010

The Velvet Underground: White Light White Heat


The Velvet Underground

White Light/White Heat

1968

En 1968 los Beatles llevaron a cabo su surrealista revolución número 9, los Stones confesaron su simpatía por el diablo, Hendrix grabó su último álbum de estudio incluyendo uno de los mejores solos en la historia del rock con su sublime cover de Dylan “All Along the Watchtower”, Syd Barret se despidió de Pink Floyd, y The Velvet Underground lanzó su obra maestra “anti-bella”, según la elocuente expresión de John Cale, bajista y uno de los miembros fundadores de la banda.

“Anti-belleza”. Ciertamente la ópera prima de los Velvet, The Velvet Underground and Nico (1967) no era toda belleza, pero piezas como “Sunday Morning”, “Femme Fatale” y “All Tomorrow’s Parties”, con la cautivadora voz de Nico, le imprimían un sello de dulzura al álbum. A pesar de que el disco es considerado hoy uno de los álbums más aclamados e influyentes en el rock, en su momento no fue un éxito comercial, lo que complicó la relación de los Velvets con su productor, el célebre artista pop Andy Warhol. El resultado: la salida de Nico y un giro en el estilo de la banda: adiós belleza, bienvenidos el ruido, la distorsión, el feedback, la crudeza, y uno de los trabajos avant-garde más memorables en la historia del rock. No es un álbum fácil. Como dijera Julian Casablancas, vocalista de los Strokes, tienes que estar en el humor para escucharlo, un humor de mierda.

El comienzo es abrupto con “White Light/White Heat”, pieza que da título al álbum, la más rocanrolera, casi punk. Su estructura de llamada y respuesta, con Lou Reed en la voz principal y John Cale y Sterling Morrison en los coros, ha tenido una notable influencia en muchas bandas punk y rock, como recientemente nos lo recuerda James Murphy (LCD Soundsystem) en su sencillo “Drunk Grils” (2010). La distorsión comienza a crecer en “The Gift”, en donde Cale recita una breve historia escrita por Reed sobre la paranoia desatada tras el distanciamiento de una pareja. “Here She Comes Now” desentona un tanto con el resto del álbum: sus notas son los rastros de belleza del álbum anterior, destinados a ser cantados por Nico. Pero los Velvets vuelven a la carga con la explosiva “I Heard Her Call My Name”, con una excelente interpretación desenfrenada de Reed a duelo con unas estruendosas guitarras eléctricas.

Desde luego, lo más genial del álbum es la pieza que cierra, “Sister Ray”, 17 minutos de improvisación de rock n’ roll distorsionado y ruidoso, grabada en una sola toma, sin importar los errores. Más bien, no podía haber error. Sólo así los Velvets podían lograr una épica de la decadencia.


Pueden descargarlo aquí.


miércoles, 7 de abril de 2010

Animal Collective: Here Comes the Indian


Animal Collective
Here Comes the Indian
2003

Por siglos y gracias a una enraizada mentalidad etnocéntrica, las palabras "indio" y "salvaje" fueron fácilmente intercambiables. Así que, por correción política, Here Comes the Indian de Animal Collective bien podría llamarse "aquí viene lo salvaje" o, mejor, los salvajes llegaron para quedarse. Este es el álbum más "freak" de Animal Collective y por lo tanto uno de sus mejores y más interesantes trabajos. Conservan parte de lo ambiental y atmosférico de materiales anteriores como Spirit They're Gone, Spirit They've Vanished (2000) o Danse Manatee (2001), pero explotan la psicodelia y elevan las percusiones al máximo, como en la apertura "Native Belle", que se extiende en "Hey Light", donde comienzan los coros de los gritos salvajes, combinados con loops y samples. Es un álbum lleno de guitarras delay, sintetizadores y sonidos silvestres (incluyendo las voces y balbuceos de Avey Tare y Panda Bear), saturado de caos y ritmos tribales. "Slippi" es uno de los mejores temas de Animal Collective, en el que todo, la batería, los loops, las voces, parece estallar.
Here Comes the Indian aún no es freak folk por completo, eso lo logró Animal Collective un año después con Sung Tongs (2004). Tampoco están presentes las melodías, armonías vocales y el pop psicodélico tan característicos de Feels (2005), Strawberry Jam (2007) y Merriweather Post Pavilion (2009). Aún así, me parece que éste es el álbum que le hace mayor justicia al nombre de la banda: es el más colectivo (participan los cuatro integrantes y de manera notable) y también es, por mucho, el más animal.

Deerhoof : Reveille



Deerhoof
Reveille
2002

Deerhoof es una de las bandas más creativas y originales de los últimos años. Reveille, su cuarto álbum, es una excelente muestra del potencial y genio de esta banda. A cada momento logran giros inesperados, violentos cambios, pasando desde los brutales remates de Greg Saunier en "The magnificent bird will rise", las melodías infantiles de Satomi Matsuzaki, las magníficas líneas de bajo que te hacen retumbar mientras vas acumulando más sonidos que parecen provenir de cualquier parte. Reveille es explosivo en muchos sentidos: arranques punk que de pronto culminan en el noise, estructuras progresivas que no estamos seguros a dónde nos van a llevar, armonías post-rock que pueden subir el tiempo y convertirse en rockabilly o en garage rock... en fin, un trabajo lleno de excitantes sorpresas. En este álbum Deerhoof nos muestran cómo reinventar muchos géneros, por ejemplo, cómo sería un rockabilly supersónico en "Holy night fever", o unos The Who postrock en "Frenzied handsome, Hello!". Como todo buen álbum, Reveille nos ofrece mucho, pero nos deja aún más para la imaginación.

rock, folk, electrónica, noise, ambiental, blues y más música

Comienzo este blog para escribir sobre música...